jueves, 12 de mayo de 2011

Patio de tierra, olor a adolescencia


Si hay una característica que destaco en la adolescencia es la necesidad de ser diferente, revolucionario, destacado, raro, excéntrico y ahí, para algunas de nosotras es donde nace el patio de tierra.
Nos gustaba el Che aunque no sabíamos muy bien por qué, nos atrapaba el look más de lo que entendíamos la idea, a otras les gustaba el motoquero, el chico malo, a otras los chicos lacoste; el asunto es que el objeto de amor, debía ser diferente a lo conocido, a lo aceptado por la casa paterna, el misterio era la norma y era valorada tanto la mirada cómplice como la mirada reprobadora y envidiosa de nuestras pares y ni que hablar si deambular con el sujeto en cuestión tomados de la mano provocaba escándalo.
Si a mamá le gustaba determinado prospecto, era claramente una demostración que no era eso lo que nos convenía y en general, el pelilargo con pinta lánguida que rasca la guitarra, entona Silvio Rodríguez y musita la palabra revolución en nuestros oídos era, indefectiblemente, el que más atractivo nos resultaba.
Así es que muchas de nosotras nos bancamos el frio en interminables fogones con una helada que hacia esconder a los murciélagos tomando algún vino baratito, a veces por falta de dinero y otras porque andar ostentando dos monedas extra, no quedaba bien y usamos raídas polleras de bambula, cuando no jeans rotos y remeritas que alguna vez fueron negras dejando un hombro al descubierto. Cantamos canciones categoría: “una que nos suicidemos todos”, porque la norma era ser retorcijeta, sufrir en el amor, el despecho era ser afortunado y tener un amor imposible hablaba bien de vos… todo esto en el patio de tierra claro.
Afortunadamente pasaron los años, y aprendimos, que no todos los novios son para sacar a pasear al centro, que el patio de tierra te arruina las botas Paruolo y que el olor a pachuli es un bajón. Nos comenzamos a dar cuenta de los beneficios de salir con un chico que pelo corto o largo tenga ideas copadas, dejamos de necesitar las formas para pasar a los contenidos, vino barato? Olvidate, el hígado no está para esos trotes y sabemos efectivamente que la gente linda está en todas partes, que ropa nueva no es igual a garca, y ropa vieja no es igual a buena gente, hay de todo en todas partes.
Que el look descuido le queda bien solamente a Scarlett Johansson en una película con John Travolta, que Gael García Bernal, fue un “Che” solo bonito al lado de la topadora de Rodrigo de la Serna como Granados, y que nos seduce mas cuando se expresan las ideas contundentemente que como están vestidos, con tal, esperamos, se saquen las medias para amarnos.

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